martes, 24 de diciembre de 2013

La Cruz de Santiago en "Las Meninas"




                                                                      Las Meninas. Velázquez, 1656. Museo del Prado

Estreno blog con una de las obras más conocidas de la Historia del Arte: Las Meninas, o La familia de Felipe IV, ( Velázquez, 1656).

No pretendo hacer ningún análisis formal de la obras o autores que os vaya presentando, sino comentar alguna anécdota más o menos conocida.

Hay una leyenda sobre la Cruz de Santiago que luce el pintor en su autorretrato, que señala que durante la época en la que fue realizado el lienzo, Velázquez no había ingresado aún en la Orden de Santiago, y por tanto, la Cruz fue pintada con posterioridad.

Uno de los deseos más firmes del artista fue precisamente ingresar en la orden militar, debido al prestigio que conllevaba; tanto, como dificultades imponían para su ingreso a los que no demostraban ser cristianos viejos. El origen portugués de la familia paterna no permitía comprobar con exactitud la “limpieza de sangre”, y la hidalguía de la familia materna, provenía de privilegio real, y no por antiguo linaje, otra de las condiciones indispensables para el ingreso.

Por otro lado, el pintor español de la época, aún es considerado un artesano que trabaja con las manos para ganarse el sustento, otro rasgo que haría que la Orden rechazara el ingreso del pintor en la misma. El mismo Zurbarán defendió a Velázquez alegando que no usaba las manos para su sustento sino para expresar su propio arte, y que Velázquez, como los pintores italianos, era un pintor cortesano que no se alimentaba del trabajo con sus manos.

Ante la imposibilidad de conseguirlo, el rey, que tenía a Velázquez en gran estima, decidió resolver el asunto directamente con el Papa, hasta que en 1659, tres años después de haber pintado el cuadro, la Orden resolvió finalmente la admisión de Velázquez en la misma, por lo que la Cruz no pudo ser pintada sobre el jubón hasta ese momento.

Sin embargo, el estado de salud del artista, ya próximo a la muerte, le impediría ser él mismo el que realizara la acción. La leyenda cuenta que fue el mismo monarca quien lo hizo, pero es difícil creer que haya sido pintada por un anciano que no tenía dotes ni oficio de artista, también se dice que fue un discípulo del pintor autor de la misma, pero quién lo hizo realmente aún es un misterio.






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